martes, 28 de agosto de 2012

Columna X

Todo parece fácil hasta que empiezas a pensar con el corazón.

 Me he cruzado con una historia con un no como protagonista. Algunas personas lo ven como una negativa, otras lo vemos como solo un pequeño obstáculo que precede a otra oportunidad. Puedes pasarte la puta vida saltando obstáculos, o puedes darte cuenta en el primero que es imposible. Todo depende de cada persona, necesitarás tres óbices, quizá solo dos hasta caer rendido ante la desesperación y la derrota. Otros idiotas somos capaces de levantarnos una y otra vez, asimilando el dolor y siendo testarudos hasta acabar con los sentimientos demacrados.

Somos falsos héroes que nos resguardamos en la esperanza de las fantasías venideras, nos alimentamos de falsa imaginación; pensamos que esos sueños se cumplirán y el propio deseo de alcanzar esa falsa realidad nos da fuerzas para asimilar el dolor una y otra vez. También nos ciega y no vemos la triste y jodida verdad, que no hay nada al final de camino; es un efecto secundario de la morfina llamada "amor", un efecto que termina por pasarse y ahí es cuando duele.

Me ha salido todo del tirón y he sufrido la mayor erección de mi vida. Lo bueno y lo malo del sexo es que puede no saber qué coño es el amor.

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